¿POR QUÉ DIOS MATÓ A MILES DE HOMBRES, MUJERES Y NIÑOS? (PRIMERA PARTE)
El relato de Job nos da un contexto
Job perdió a sus diez hijos y enfermó de llagas. Creía que esto provenía de Dios. Aun así, lo alabó. El relato muestra que Dios permitió que Satanás probara a Job en relación con su soberanía, para demostrar que era un mentiroso. Job habría visto sus calamidades de otra manera si hubiera conocido esta perspectiva. Esta situación demuestra que podemos ver una situación de otra manera si conocemos los antecedentes.
El desafío de Satanás a la soberanía de Dios
Satanás había desafiado a Dios de dos maneras. Afirmó que Dios no trataba bien a Adán y Eva porque no les daba lo que les beneficiara. También afirmó que los humanos no servían a Dios por amor, sino porque se beneficiaban de ello. Job y otros seres humanos han demostrado que Satanás es un mentiroso.
Este sistema de cosas es un vestíbulo para el sistema de cosas venidero.
El rabino AR Jacob dijo: «Este sistema de cosas es como un vestíbulo antes del sistema venidero». La mayoría de las personas ven el sistema actual como la vida real y no como un vestíbulo. Pero esta es una visión limitada que impide comprender el contexto de las acciones de Dios. Solo cuando tengamos una perspectiva general de que todo lo que sucede en este sistema de cosas son acciones preliminares en el vestíbulo, podremos comprender el contexto de las acciones de Dios.
El libro de Eclesiastés ilustra el punto de vista del rabino AR Jacob
El tema básico del libro de Eclesiastés es: La muerte priva al hombre de todo, y debido a esto, todo es fútil. No hay otro libro en las Escrituras que Eclesiastés donde la muerte se utiliza en diferentes contextos a lo largo de todo el libro. Salomón dice que cada persona debe comer, beber y disfrutar de todo su arduo trabajo. Al mismo tiempo, muestra que todo lo que es bueno para el hombre es temporal porque la muerte será el fin de todo. Varios ejemplos de esto se discuten donde los humanos "corren tras el viento". El libro de Eclesiastés muestra que todo lo que Dios ha hecho es hermoso y que tiene un propósito eterno para los humanos. El libro también muestra que habrá una resurrección de entre los muertos.
¿Por qué Dios le quitó la vida a miles de hombres, mujeres y niños?
La respuesta general es que las situaciones en este sistema perverso, el vestíbulo, requerían la intervención de Dios. Debido al pecado heredado, todos los seres humanos deben morir. Dios destruyó a miles de seres humanos en el diluvio universal en los días de Noé porque eran malvados y arruinarían la vida de los justos. Lo importante es que todos los que murieron, excepto los pocos que pecaron contra el Espíritu Santo, resucitarán en el milenio junto con todos los demás descendientes de Adán. Y se les ofrece la vida eterna.
Todos los seres humanos vivos servirán y adorarán a Jehová Dios.
Cuando se cumpla la última prueba después del milenio, se cumplirá la promesa a Abraham de que su descendencia bendeciría a todas las naciones del mundo . Asimismo, se cumplirá la profecía de Isaías de que toda rodilla se doblará ante Jehová y todo ser humano le jurará lealtad. A todas las personas a quienes Jehová mató se les ofrecerá la vida eterna. Por lo tanto, el trato que Jehová da a estas personas representa la justicia perfecta.
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¿POR QUÉ DIOS MATÓ A MILES DE HOMBRES, MUJERES Y NIÑOS? (SEGUNDA PARTE)
Cuando leemos que Jehová mató a un gran número de personas, hombres, mujeres y niños, en el gran diluvio en los días de Noé y en la destrucción de Sodoma y Gomorra, y que pidió a su pueblo Israel que matara a otras personas, nos preguntamos cómo Jehová, quien es justo y ama a la humanidad, pudo haber hecho esto. El relato de Job nos ayuda a ver el panorama más amplio.
Como se mencionó, Job era un hombre temeroso de Dios y tenía siete hijos y tres hijas. El relato muestra que esta era una familia feliz, pero casi al mismo tiempo, sufrieron varias calamidades, como leemos en Job 1:13-19:
"Más adelante, el día en que sus hijos y sus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano mayor, 14 llegó un mensajero y le dijo a Job: “Los bueyes estaban arando y los burros pastando a su lado, 15 cuando los sabeos atacaron y se los llevaron, y mataron a los sirvientes a espada. Yo soy el único que escapó para contártelo”.
16 Mientras este todavía estaba hablando, llegó otro y dijo: “¡Cayó de los cielos fuego de Dios, y las llamas devoraron a las ovejas y a los sirvientes! Yo soy el único que escapó para contártelo”.
17 Aún estaba hablando ese, cuando llegó otro y dijo: “Los caldeos formaron tres grupos, se lanzaron sobre los camellos y se los llevaron; también mataron a los sirvientes a espada. Yo soy el único que escapó para contártelo”.
18 Todavía estaba hablando este otro, cuando llegó uno más y dijo: “Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano mayor. 19 De repente se levantó un fuerte viento del desierto y golpeó las cuatro esquinas de la casa, y esta cayó sobre los jóvenes y los mató. Yo soy el único que escapó para contártelo”.
Estas fueron situaciones impactantes, ¿y cómo reaccionó Job? Leemos en Job 1:20-22:
"Ante esto, Job se levantó, se rasgó la ropa y se afeitó la cabeza; entonces cayó al suelo, se inclinó 21 y dijo:
“Desnudo salí de la matriz de mi madre, y desnudo volveré.
Jehová ha dados y Jehová ha quitado. Que siga siendo alabado el nombre de Jehová”.
22 En todo esto, Job no pecó ni acusó a Dios de hacer nada malo."
Luego se produjo una nueva situación, como vemos en 2:7, 8:
"Con eso, Satanás salió de la presencia de Jehová e hirió a Job con úlceras dolorosas desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza. 8 Y Job tomó un trozo de una vasija rota para rascarse y se quedó sentado entre las cenizas."
Esta fue una situación impactante que se aplicó al propio Job. Y leemos sobre la reacción de esta esposa y la reacción de Job en 2:9, 10:
"Finalmente, su esposa le dijo: “¿Todavía te aferras a tu integridad? ¡Maldice a Dios y muérete!”. 10 Pero él le respondió: “Estás hablando como una de esas mujeres insensatas. Si del Dios verdadero aceptamos lo bueno, ¿no aceptaremos también lo malo?”. En todo esto, Job no pecó con sus labios."
Job no sabía que Satanás lo estaba poniendo a prueba. Pero sus palabras demuestran que tenía una fe firme en Jehová, y aunque creía que Jehová era directamente responsable de las calamidades, no lo culpó.
LA REACCIÓN DE LOS SIERVOS DE DIOS EN EL PASADO Y DE LA GENTE MODERNA ANTE LAS CALAMIDADES
Job fue un buen ejemplo de una persona con una fe inquebrantable. ¿Cómo reacciona la gente hoy ante las catástrofes que experimenta personalmente? Un gran número no cree en la existencia del Creador, por lo que son indiferentes. Pero muchos que creen en Dios lo culpan de las catástrofes. Tenemos una situación similar entre quienes creen en Dios y se declaran cristianos. Algunos dicen creer en Jesús y aprecian su mensaje de amor y paz. Pero no creen en el Dios que vemos en las Escrituras Hebreas, un Dios de guerra y de muerte.
Hay una contradicción en esta perspectiva: Jesús creía en el Dios presentado en las Escrituras Hebreas. Según Mateo 19:4-6, Jesús creía en el relato de la creación de Adán y Eva por Dios. Según Lucas 17:26-32, Jesús creía en la historicidad del diluvio universal en los días de Noé y en la destrucción de Sodoma y Gomorra. Y no culpó a Dios por estas catástrofes.
Sus seguidores también creían en el Dios que se presenta en las Escrituras Hebreas. Según Hechos 3:13, Pedro dice:
"El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros antepasados, glorificó a su Siervo, Jesús, a quien ustedes entregaron y rechazaron ante Pilato, aun cuando él había decidido liberarlo."
Observamos que Pedro también aceptó los juicios de Dios en relación con Sodoma y Gomorra. Leemos en 2 Pedro 2:6:
" Y, al reducir a cenizas las ciudades de Sodoma y Gomorra, las condenó y así le puso un ejemplo a la gente irreverente de lo que va a pasar."
Jesús y Pedro demostraron que no tenían objeciones a las acciones de Jehová en el pasado cuando grandes cantidades de hombres, mujeres y niños perdieron la vida.
ENTENDIENDO EL VERDADERO MARCO DE LAS ACCIONES DE DIOS
El problema que tenemos como seres humanos es que vemos todo lo que nos rodea, incluyendo los juicios de Dios, como tomas desde abajo. No podemos, por nuestras propias fuerzas, ver nuestro entorno y las acciones de Dios desde la perspectiva de Dios. Esto también le ocurrió a Job. Él no pudo comprender el contexto en el que ocurrieron las calamidades que experimentó. Pero el siervo de Dios que escribió el libro de Job fue inspirado por Dios para describir el verdadero contexto.
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¿POR QUÉ DIOS MATÓ A MILES DE HOMBRES, MUJERES Y NIÑOS? (TERCERA PARTE)
EL DESAFÍO DE SATANÁS A LA SOBERANÍA DE DIOS
Ningún ser humano puede mirar al cielo. Pero el Espíritu de Dios puede dar a una persona una visión de lo que sucede en el cielo. Y vemos esto en relación con Estéfano (Hechos 7:56), con Pedro (Hechos 10:11-16) y con Juan al escribir el Apocalipsis. Esto también sucedió con el escritor del libro de Job, y leemos en Job 1:6-12:
"Llegó el día en que los hijos del Dios verdadero entraron para ocupar su puesto delante de Jehová, y Satanás también se presentó entre ellos.
7 Entonces Jehová le preguntó a Satanás: “¿De dónde vienes?”. “De recorrer la tierra y de andar por ella”, le contestó Satanás a Jehová. 8 Y Jehová le dijo a Satanás: “¿Te has fijado en mi siervo Job? No hay nadie como él en la tierra. Es un hombre íntegro y recto que teme a Dios y evita todo lo malo”. 9 Entonces Satanás le contestó a Jehová: “¿Acaso Job ha temido a Dios a cambio de nada? 10 ¿No has puesto tú un cerco protector alrededor de él, de su casa y de todo lo que tiene? Has bendecido el trabajo de sus manos, y su ganado se ha esparcido por toda la región. 11 Pero ahora extiende tu mano y golpea todo lo que tiene, y seguro que te maldice en tu misma cara”. 12 Jehová entonces le dijo a Satanás: “Mira, todo lo que tiene está en tus manos. ¡Pero a él no lo toques!”. Con eso, Satanás salió de la presencia de Jehová."
Basándonos en el relato de cómo Satanás usó una serpiente en el jardín del Edén para engañar a Eva y en la cita de Job mencionada anteriormente, entendemos que Satanás planteó algunas cuestiones respecto a la soberanía de Jehová. Leemos Génesis 3:1-5:
"Ahora bien, de todos los animales salvajes del campo que Jehová Dios había hecho, la serpiente era el más cauteloso. Ella le preguntó a la mujer: “¿De veras les dijo Dios que no pueden comer de todos los árboles del jardín?”. 2 La mujer le respondió: “Podemos comer del fruto de los árboles del jardín. 3 Pero, del fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios dijo: ‘No deben comer de él; no, no deben tocarlo. Si lo hacen, morirán’”. 4 Ante esto, la serpiente le dijo a la mujer: “De ningún modo morirán. 5 De hecho, Dios sabe que el mismo día en que coman de él se les abrirán los ojos y serán como Dios: conocerán lo bueno y lo malo”.
Satanás argumenta que Dios retuvo algo bueno que podría beneficiar a la humanidad y que Dios miente. Esto constituye un ataque a la soberanía de Jehová. Las palabras de Job 1:6-12 implican que Satanás afirmó que los humanos solo servirán a Dios cuando lo consideren una ventaja y, por lo tanto, no lo sirven por amor. Esto, de nuevo, constituye un ataque a la soberanía de Jehová. Las acciones de Job demostraron que Satanás era un mentiroso; Job también sirvió a Dios cuando experimentó cosas malas que creía provenían de Él. El ejemplo perfecto es Jesucristo, quien se mantuvo firme ante todos los ataques de Satanás. Y Jehová quiere que un número específico de sus siervos ungidos sean asesinados por los siervos de Satanás para demostrar su integridad (Apocalipsis 6:9-11).
EL CONTORNO BORDEADO DE LOS JUICIOS DE DIOS
En relación con la perspectiva de Dios, Pablo hace algunos comentarios en 1 Corintios 13:9-12:
"Porque tenemos un conocimiento incompleto y profetizamos de manera incompleta; 10 pero, cuando llegue lo que es completo, lo que es incompleto será eliminado. 11 Cuando yo era niño, hablaba como un niño, pensaba como un niño y razonaba como un niño. Pero, ahora que soy un hombre, he dejado atrás las cosas de niño. 12 Porque ahora vemos imágenes borrosas en un espejo de metal, pero entonces veremos cara a cara. En la actualidad conozco de manera incompleta, pero entonces conoceré con exactitud, igual que a mí se me conoce con exactitud."
El contraste que Pablo establece es entre los puntos de vista de los cristianos a mediados del siglo I d. C., cuando se escribió esta carta, y la visión de Pablo y los demás cristianos ungidos cuando reciben su recompensa celestial. Los espejos en el siglo I d. C. se hacían de metal fundido y solo reflejaban un contorno borroso de los objetos. Una razón por la que solo se entendía el contorno borroso del propósito de Dios era que solo una parte de las Escrituras Griegas Cristianas se escribió a mediados del siglo I d. C., e incluso esos libros fueron accesibles solo para unos pocos cristianos. Uno de los libros más importantes para comprender el propósito de Dios es el Apocalipsis, y este libro fue escrito cerca del final del siglo I d. C. Sin tener acceso al Apocalipsis, es imposible comprender plenamente el propósito de Dios.
Tener todos los libros de la Biblia es necesario para comprender el propósito de Dios, pero también hay que considerar el factor tiempo. Leemos en Daniel 12:8, 9:
"Yo oí, pero no entendí. Así que dije: “Oh, mi señor, ¿cuál será el resultado de estas cosas?”.9 Y él dijo: “Vete, Daniel, porque estas palabras tienen que mantenerse en secreto y selladas hasta el tiempo del fin."
El tiempo del fin comenzó en el año 1914 y terminará cuando llegue la gran tribulación. Esto significa que hoy no debemos ver el propósito de Dios como un esquema vago.
ESTE SISTEMA DE COSAS ES UN VESTÍBULO ANTES DEL SISTEMA DE COSAS QUE VENDRÁ
Según los Rollos del Mar Muerto, los judíos creían en la salvación y la vida eterna, relacionadas con el sistema de cosas venidero. El tratado Avot de la Mishná, 4:16, también habla de un sistema de cosas venidero con bendiciones que llegarán en el futuro. Leemos:
"El rabino AR Jacob dijo: “Este sistema de cosas ( hā 'ōlām hazzæ ) es como un vestíbulo antes del sistema de cosas por venir ( hā 'ōlām habbā )”.
El rabino, que vivió en el siglo II d. C., poseía un profundo conocimiento de las Escrituras Hebreas, y sus palabras constituyen la esencia de su mensaje. Sin embargo, existe un problema. Casi todos los seres humanos tienen una visión limitada de sus vidas y de este mundo. Viven en este mundo, trabajan en este mundo y pasan su tiempo libre en él. ¡No conocen nada más! Por lo tanto, este mundo no es como un vestíbulo antes de un salón de banquetes para ellos. Sino que este mundo es el salón de banquetes. No debemos criticar a quienes tienen esta visión, ya que es la visión natural. El libro de Eclesiastés nos ayuda a ver la verdad en las palabras de A. R. Jacob, y también aprendemos a ver este mundo desde la perspectiva de Jehová.
(CONTINUARA)
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¿POR QUÉ DIOS MATÓ A MILES DE HOMBRES, MUJERES Y NIÑOS? (CUARTA PARTE)
Muchos comentaristas consideran el libro de Eclesiastés como una expresión de profundo pesimismo respecto a la vida humana. Sin embargo, un estudio minucioso del libro revelará que las expresiones consideradas pesimistas son, en realidad, expresiones de las realidades de la vida en este sistema perverso. Así, Eclesiastés, más que cualquier otro libro de las Sagradas Escrituras, muestra que este sistema perverso es un preludio al banquete del nuevo sistema.
EL TEMA BÁSICO DE ECLESIASTÉS: LA MUERTE PRIVA AL HOMBRE DE TODO
Salomón utiliza dos expresiones particulares para mostrar las realidades de la vida: hæbæl y reuth ruah. El sustantivo hæbæl significa «aliento»; por extensión: algo sin sustancia; sin sentido; inutilidad; vanidad; vacío; futilidad; ídolo. Se utiliza 64 veces en las Escrituras Hebreas, incluyendo 36 en Eclesiastés. El sustantivo reuth significa «perseguir», y el sustantivo ruah significa «espíritu; viento», y solo se utiliza seis veces en Eclesiastés en la expresión reuth ruah («perseguir el viento»). El autor comienza y termina el libro con prácticamente las mismas palabras, 1:2 y 12:8:
“¡La mayor de las vanidades! —dice el congregador—, ¡la mayor de las vanidades! ¡Todo es en vano!”
“¡La mayor de las vanidades! —dice el congregador—. ¡Todo es en vano!”
Pero ¿ cómo puede decirse que «todo es inútil»? Solo podemos comprender esto si lo analizamos a la luz de la idea que constituye el hilo conductor y el tema central del libro de Eclesiastés.
¿Cuál es este hilo conductor? Encontramos la respuesta en 1:3, 4:
"¿Qué gana una persona con todo su duro trabajo, en el que tanto se esfuerza bajo el sol? Una generación se va y una generación viene, pero la tierra permanecerá para siempre"
Las palabras de 1:3 siguen a las palabras sobre la mayor futilidad e implican su significado. Las palabras clave son: « Una generación va ». Salomón pregunta en 1:3: "¿Qué provecho obtiene una persona de su trabajo duro?". Esta es una pregunta retórica que se explica a lo largo de todo el libro. La respuesta es que una persona puede regocijarse y disfrutar gracias a su trabajo duro. Pero esto es solo temporal, porque una generación se va , es decir, muere . Así que, después de un tiempo, todo lo que ha logrado se desvanece. Esto es futilidad, y el hombre corre tras el viento.
El tema básico del libro es: La muerte priva al hombre de todo, y por lo tanto todo es inútil y el hombre corre tras el viento.
EL RESULTADO CASUAL DE LA MUERTE
Dado que todos los seres humanos heredaron el pecado de Adán, todos experimentarán la pena del pecado, que es la muerte. Pero ¿por qué muere una persona en un momento determinado? ¿Está esto predestinado por Dios o es una coincidencia? Cito 5:18-20:
"Esto es lo que yo he visto que es bueno y apropiado: que una persona coma y beba, y disfrute de todo el duro trabajo en el que tanto se esfuerza bajo el sol durante los pocos días de vida que el Dios verdadero le ha dado, pues esa es su recompensa. 19 Además, cuando el Dios verdadero le da a un hombre riquezas y posesiones, y también la capacidad de disfrutarlas, este debe aceptar su recompensa y disfrutar de su duro trabajo. Eso es un regalo de Dios. 20 Porque los días de su vida pasarán sin que apenas se dé cuenta, ya que el Dios verdadero lo mantiene concentrado en la alegría de su corazón"
Cuando leemos sobre “ los pocos días de vida que el Dios verdadero le ha dado ”, podría parecer que Dios ha predestinado la duración de la vida de cada ser humano. Curiosamente, Eclesiastés es el único libro de las Escrituras Hebreas que muestra directamente que Dios no decide de antemano la duración de la vida de los seres humanos. En las Escrituras Hebreas, hay numerosos ejemplos donde se atribuyen acciones a Dios, pero Dios solo las causa indirectamente. Al permitir que Adán y Eva procrearan hijos con el pecado heredado que eventualmente morirían, Dios es indirectamente responsable de la muerte de cada ser humano.
Hay una palabra hebrea que aparece diez veces en las Escrituras Hebreas, incluyendo siete en Eclesiastés, y que es importante en nuestro contexto. Esta palabra es miqræ . Su significado es «ocurrir por casualidad; destino; sino».
En este contexto, citaré Eclesiastés 9:11:
"Y algo más he visto bajo el sol: que los veloces no siempre ganan la carrera, ni los poderosos ganan siempre la batalla, ni los sabios tienen siempre alimento, ni los inteligentes tienen siempre riquezas, ni siempre les va bien a los que tienen conocimiento, ya que a todos les llega algún mal momento y algún suceso imprevisto."
En lugar de las palabras "suceso imprevisto", la nota al pie indica la alternativa "acontecimiento imprevisto", y la NVI dice: "pero el tiempo y la casualidad les suceden a todos". Este versículo muestra claramente que los acontecimientos que le suceden al hombre en la tierra no están predestinados por Dios, sino que ocurren por casualidad: una persona se encontraba en un lugar específico en el momento en que algo sucedió. En los versículos 1 al 3 del capítulo 9, los sucesos fortuitos que ocurren constantemente para los humanos se aplican a la muerte:
"Así que reflexioné cuidadosamente en todo eso y llegué a esta conclusión: el justo y el sabio, así como su actividad, están en manos del Dios verdadero. Nada saben los hombres del amor y del odio que hubo antes de ellos. 2 Todos tienen el mismo final: el justo y el malvado, el bueno, el puro y el impuro, los que ofrecen sacrificios y los que no ofrecen sacrificios. El bueno es igual que el pecador; el que hace un juramento es igual que el que es cauteloso al hacer un juramento. 3 Esto es algo angustioso que sucede bajo el sol: como todos tienen el mismo final, el corazón de los seres humanos está lleno de maldad; y hay locura en su corazón durante toda su vida y entonces... ¡mueren!"
En los dos versículos se compara al justo y al vicio, al justo y al malvado, al bueno y al pecador, y el corazón de cada uno “está lleno de maldad”. Y el resultado casual para todos ellos es que mueren. Por lo tanto, la ocurrencia casual ( miqræ ) es lo mismo que la muerte.
Hombres y animales experimentan el mismo resultado fortuito; mueren de la misma manera y van al mismo lugar: vuelven al polvo de la tierra. Esto también es vanidad, según Salomón.
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¿POR QUÉ DIOS MATÓ A MILES DE HOMBRES, MUJERES Y NIÑOS? (QUINTA PARTE)
LA MUERTE ES LA BASE DE TODA VANIDAD
Ya he señalado que el tema que más se menciona y se aplica indirectamente en Eclesiastés es la muerte. Tras demostrar que el momento de la muerte de una persona ocurre por casualidad y no lo decide Jehová, presentaré varias citas sobre el tema:
2:3 y 6:12 La vida del hombre es corta y es inútil.
8:8 Nadie tiene poder sobre el día de la muerte
9:4-6, 10 No hay acción ni sabiduría en el sheol (la tumba)
La vida es corta, y la vida de un hombre puede considerarse como "unos pocos días", que transcurren como una sombra. Un hombre se va desnudo, tal como vino al mundo. Nadie tiene poder sobre el día de la muerte, y la muerte lo detiene todo porque no hay acción ni conocimiento en el sheol , de donde viene.
PUNTO CLAVE: Salomón habla de lo que le sucederá por casualidad a cada ser humano. Al decir que quienes mueren van al sheol, demuestra que todos los humanos tendrán una resurrección. Que la muerte detenga todo lo que un ser humano ha logrado demuestra que este sistema perverso no es la vida verdadera, sino un preludio al nuevo sistema donde los descendientes de Adán experimentarán la vida verdadera mediante la resurrección de entre los muertos.
LOS HUMANOS ESTÁN PERSIGUIENDO EL VIENTO
Salomón no aboga por que los humanos lleven una vida ascética. Al contrario, afirma que todos deben disfrutar de la vida:
3:12 Y 5:19 Y 9:7-10 Y 11:9 Alégrate y pásalo bien.
2:10-11 Disfrutar del placer puede ser una futilidad, al igual que correr tras el viento.
6:1-6 Posesiones materiales y gloria que no se pueden disfrutar
2:12-16 La sabiduría es buena para el hombre, pero no es un beneficio duradero
2:16-26 Dejar todo lo que una persona ha trabajado a otra persona (En la primera parte de la cita, el enfoque se centra en la muerte. El resultado es el mismo para todos, y con el tiempo, todos serán olvidados. En la segunda parte, se centra en que todo lo que una persona ha logrado con su trabajo debe dárselo a alguien más para que no lo sepa al morir. Esto es futilidad y correr tras el viento).
4:1-3 Y 5:8 Los humanos son oprimidos por otros humanos
7:15 Y 8:14 Y 10:5-6 Las personas buenas y malas pueden ser tratadas de manera similar
9:11-12 Eventos que ocurren por casualidad
1:13-14 Todo es una ocupación miserable
La palabra 'injan significa «ocupacion, tarea; trabajo; labor; desgracia; problemas». Y la palabra rā' significa «frustrante, malo; desagradable; de inferior calidad; por extensión: perverso; perverso en calidad ética» (la misma fuente). La traducción «frustrante ocupación » es correcta. Dios les dio a los humanos la situación mencionada porque permitió que Adán y Eva tuvieran hijos que nacieron imperfectos con el pecado heredado. Debido a esto, sus acciones no pueden ser perfectas.
LA ESPERANZA DEL SALÓN DE BANQUETES
Hemos visto que, según Eclesiastés, todo es inútil y que los humanos corren tras el viento. Esto corrobora excelentemente las palabras del rabino A. R. Jacob: «Este sistema de cosas es un preludio del sistema venidero». Pero, a pesar de todas las descripciones pesimistas de la vida humana, ¿podemos esperar con ilusión el nuevo sistema de cosas, que puede considerarse como un salón de banquetes? ¡Por supuesto! Leemos Eclesiastés 3:10-14:
"He visto la ocupación que Dios les ha dado a los hijos de los hombres para mantenerlos ocupados. 11 Él lo ha hecho todo hermoso a su debido tiempo. Hasta ha puesto la eternidad en el corazón de ellos; con todo, la humanidad nunca comprenderá totalmente las obras que el Dios verdadero ha hecho.
12 He llegado a la conclusión de que no hay nada mejor para ellos que alegrarse y hacer el bien durante su vida, 13 y también que todos coman y beban, y disfruten de todo su duro trabajo. Eso es un regalo de Dios.
14 He aprendido que todo lo que hace el Dios verdadero dura para siempre. No hay nada que añadirle y no hay nada que quitarle. El Dios verdadero lo ha hecho así para que la gente le tema"
Salomón demuestra que todo lo que le sucede al hombre en este sistema de cosas es fútil, como correr tras el viento. Pero todo lo que Dios ha creado es hermoso y perdurará para siempre. Esto significa que Dios no ha creado nada fútil. Pero la muerte, causada por el pecado de Adán, es lo que lo hace todo fútil, y la muerte lo acaba todo; «los muertos nada saben, ni tienen más paga», como dice 9:5.
La cita implica que en este sistema de cosas, este vestíbulo, cualquier expectativa es vanidad. Salomón dice que «todo lo que el Dios verdadero crea perdurará para siempre», lo que demuestra que Dios tiene un propósito eterno con las cosas hermosas que ha creado en esta tierra. Este propósito también incluye al hombre, quien en este sistema de cosas experimentará la muerte. Y lo vemos con las palabras: «Hasta ha puesto eternidad en sus corazones». Esto demuestra que el propósito de Dios es que el hombre viva para siempre en la tierra, lo que implicará una resurrección de entre los muertos. Esto se muestra claramente en 11:9 y 12:13-14,
"Joven, disfruta de tu juventud, y que tu corazón esté feliz mientras seas joven. Sigue los caminos de tu corazón y vete adonde te lleven tus ojos. Pero quiero que sepas que el Dios verdadero te llamará a juicio por todo eso."
"Después de oírlo todo, la conclusión es esta: teme al Dios verdadero y obedece sus mandamientos, porque eso es todo lo que el hombre debe hacer. 14 Porque el Dios verdadero juzgará todas las acciones, incluso todas las cosas ocultas, para determinar si son buenas o malas."
Jesús se refiere a las palabras de Eclesiastés 12:14 en Mateo 12:36:
"Les digo que en el Día del Juicio la gente tendrá que dar cuenta de cualquier cosa inútil que diga."
Eclesiastés usa las palabras «juez» y «juicio», mientras que Jesús usa la palabra «Día del Juicio». Observamos que Lucas usa la palabra «juicio» en los mismos textos donde Mateo usó las palabras «Día del Juicio» (Lucas 11:14 y Mateo 11:22). Esto significa que Salomón habla del Día del Juicio, y para estar presente en él es necesario resucitar. Así, vemos que, si bien Eclesiastés habla de la vanidad en el vestíbulo, el libro también señala las cosas eternas en el salón de banquetes venidero.
No sabemos si Pablo tenía en mente el libro de Eclesiastés cuando escribió el capítulo 8 de Romanos. Pero sus palabras en 8:18-21 encajan perfectamente con la situación de futilidad descrita por Salomón, donde los humanos corren tras el viento. Las palabras de Pablo también corroboran la visión del rabino A. R. Jacob de este sistema de cosas como un preludio para el sistema venidero. Leemos:
"Por eso pienso que los sufrimientos del presente no son nada en comparación con la gloria que va a ser revelada en nosotros. 19 Porque la creación espera con gran expectación la revelación de los hijos de Dios. 20 Porque la creación fue sometida a la inutilidad —no por su propia voluntad, sino por la de aquel que la sometió— tomando como base la esperanza 21 de que la creación misma también será liberada de la esclavitud a la corrupción y tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios."
La palabra “creación” se refiere a todos los descendientes de Adán. Fueron sometidos a la futilidad, pero no por su propia voluntad. Cuando Adán y Eva pecaron, Dios podría haber ejecutado la pena de muerte inmediatamente y creado nuevos seres humanos. En ese caso, tú y yo no habríamos nacido, por lo que apreciamos que Dios permitió que la descendencia de Adán naciera, aunque sujeta a la futilidad.
Pablo comparte la misma perspectiva que el rabino AR Jacob, pues afirma que la creación fue sometida a la futilidad «sobre la base de la esperanza». Y la esperanza era que la creación, todos los descendientes de Adán, «fueran liberados de la esclavitud de la corrupción y alcanzaran la gloriosa libertad de los hijos de Dios». Esto significa que la situación de futilidad en el vestíbulo conduciría al salón de banquetes, donde la futilidad no existe.
CONTINUARA
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