Lectura de la Biblia: Mateo 22, 23, 24, 25 | Puntos sobresalientes (10 min.)
*** w08 15/1 pág. 31 Puntos sobresalientes del libro de Mateo ***
22:3, 4, 9.¿Cuándo se emitieron los tres llamamientos a los invitados del banquete
de bodas? El primer llamamiento para reunir a la clase de la novia empezó en el año
29 de nuestra era, cuando Jesús y sus discípulos comenzaron a predicar, y se prolongó
hasta el año 33. El segundo se extendió desde el derramamiento del espíritu santo en
el Pentecostés del año 33 hasta el año 36. Ambos llamamientos fueron dirigidos
exclusivamente a los judíos, los prosélitos del judaísmo y los samaritanos. El tercero,
en cambio, se dirigió a los gentiles incircuncisos, representados por la gente que se
hallaba en los caminos que salían de la ciudad. Este último llamamiento comenzó en
el 36 con la conversión del militar romano Cornelio y ha proseguido hasta nuestros
días.
23:15. ¿Por qué eran los prosélitos, o conversos, del fariseísmo “merecedor[es] del
Gehena dos veces más” que los propios fariseos? Es posible que en el momento de
convertirse al fariseísmo, algunos individuos ya estuvieran cometiendo pecados
graves. Pero cuando adoptaban la ideología extremista de los fariseos, su situación
empeoraba, probablemente porque se volvían más extremistas aún que sus maestros.
De ahí que fueran “merecedor[es] del Gehena dos veces más” que ellos.
21:28-31. Lo que cuenta para Jehová es que hagamos su voluntad. Por ejemplo,
debemos participar con celo en la obra de predicar el Reino y hacer discípulos (Mat.
24:14; 28:19, 20).
22:37-39. Los dos mandamientos principales constituyen un resumen conciso de lo
que Dios espera de sus siervos.
*** w09 15/6 pág. 19 Digámosle siempre la verdad a nuestro prójimo ***
(Mat. 22:21). ¿Cuáles son las cosas que le debemos al César, es decir, a las
autoridades? Pues bien, la conversación en la que Jesús pronunció estas palabras
giraba en torno a los impuestos. De modo que para tener una conciencia limpia ante
Dios y los hombres, debemos obedecer las leyes del país en el que vivimos, incluidas
las que rigen el pago de impuestos (Rom. 13:5, 6). Aun así, reconocemos que Jehová
es la Autoridad Suprema, el único Dios verdadero, y lo amamos con todo el corazón, el
alma, la mente y las fuerzas (Mar. 12:30; Rev. 4:11). Por eso, solo él merece nuestra
obediencia absoluta e incondicional (léase Salmo 86:11, 12).
*** w06 1/12 pág. 26 párr. 8 ¿Qué implica amar al prójimo? ***
Mateo 22:39. Al igual que el amor a Dios, el amor al prójimo no es solo sentimiento,
sino también acción.
*** w05 15/8 pág. 26 párr. 9 La ley del amor escrita en el corazón ***
(Mateo 22:35-40). Jesús indicó que todas las Escrituras Hebreas, y no solo los Diez
Mandamientos, se basaban en el amor.
*** w05 15/1 pág. 17 Visiones del Reino de Dios que se hacen realidad ***
En el griego original, la palabra traducida “dolores de angustia” significa
literalmente “dolores de parto”(Mateo 24:8). Esto da a entender que, al igual que
ocurre con los dolores de parto, los problemas del mundo aumentarán en frecuencia,
intensidad y duración, y alcanzarán su punto culminante en la gran tribulación.
*** w11 1/3 pág. 3 Una profecía de gran importancia ***
La profecía de Mateo 24:14 se está cumpliendo en nuestros días. Las “buenas
nuevas” (o buenas noticias) tienen que ver con cada uno de nosotros, pues
constituyen tanto una invitación como una advertencia: se nos invita a apoyar el Reino
de Dios y se nos advierte que no debemos darle la espalda. La decisión que tomemos
puede significar vida o muerte.
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DISCURSO NUMERO 2
Núm. 2: ¿Por qué deben los cristianos estar profundamente interesados en las predicciones de la Biblia? (rs pág. 287 párrs. 4-8)
*** rs pág. 287 - pág. 288 Profecía ***
¿Por qué deben los cristianos estar profundamente interesados en las predicciones de la Biblia?
Mat. 24:42:“Manténganse alerta, pues, porque no saben en qué día viene su Señor.”
2 Ped. 1:19-21: “Tenemos la palabra profética hecha más segura [como resultado de lo que pasó durante la transfiguración de Jesús]; y ustedes hacen bien en prestarle atención [...] Porque la profecía no fue traída en ningún tiempo por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo.”
Pro. 4:18:“La senda de los justos es como la luz brillante que va haciéndose más y más clara hasta que el día queda firmemente establecido.”
Mat. 4:4:“No de pan solamente debe vivir el hombre, sino de toda expresión que sale de la boca de Jehová.” (Esto incluye sus grandes promesas proféticas.)
2 Tim. 3:16: “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia.” (Por eso laentera Palabra escrita de Dios merece que la estudiemos asiduamente.)
INFORMACION ADICIONAL:
*** w84 1/4 pág. 15 párr. 2 Preste atención a la palabra profética de Dios para nuestros días ***
2 Dios dijo a su pueblo de la antigüedad: “Miren cómo se cumplió todo lo que antes anuncié, y ahora voy a anunciar cosas nuevas; se las hago saber a ustedes antes que aparezcan” (Isaías 42:9, VP). Al hacer posible un entendimiento de profecías ya dadas en la Biblia, Jehová todavía está suministrando a sus siervos leales conocimiento por adelantado, y nosotros ciertamente debemos prestar atención a éste.
Como muy bien expresó la situación el apóstol Pedro:“Hacéis bien en prestar atención [a la palabra de los profetas], como a lámpara que luce en lugar oscuro, hasta que despunte el día” (2 Pedro 1:19, Biblia de Jerusalén).
En realidad, el prestar atención a la palabra profética de Dios caracteriza al pueblo de Jehová y lo distingue de este mundo tenebroso y confuso. Bien declara Proverbios 4:18, 19: “La senda de los justos es como la luz del alba, que va en aumento hasta llegar a pleno día. Pero el camino de los malos es como tinieblas, no saben dónde han tropezado”. (BJ;compare con Salmo 119:105.)
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DISCURSO NUMERO 3
Núm. 3: ¿Qué ejemplos bíblicos demuestran la sabiduría del consejo de Proverbios 3:5?
*** w11 15/11 págs. 7-8 “No te apoyes en tu propio entendimiento” ***
En momentos de angustia
5 Hablando del rey Ezequías de Judá, la Biblia dice: “Él siguió
adhiriéndose a Jehová. No se desvió de seguirlo, sino que continuó
guardando sus mandamientos que Jehová había mandado a Moisés”. Así
fue, “en Jehová el Dios de Israel confió él” (2 Rey. 18:5, 6). ¿Cómo
reaccionó Ezequías cuando Senaquerib, el rey de Asiria, envió a Rabsaqué
y otros representantes a Jerusalén acompañados de un gran ejército? Las
poderosas fuerzas asirias ya habían tomado varias ciudades amuralladas
de Judá y ahora su objetivo era Jerusalén. Ezequías fue a la casa de Jehová
y se puso a orar así: “Oh Jehová nuestro Dios, sálvanos, por favor, de su
mano, para que sepan todos los reinos de la tierra que tú, oh Jehová, eres
Dios, tú solo” (2 Rey. 19:14-19).
6 Ezequías fue consecuente con su oración. Por ejemplo, incluso antes
de subir al templo a orar, ordenó al pueblo que no respondiera a las
provocaciones de Rabsaqué. Además envió un grupo de hombres al
profeta Isaías en busca de consejo (2 Rey. 18:36; 19:1, 2). Ezequías hizo
lo que debía hacer. En esta ocasión no buscó el apoyo de Egipto ni de
naciones vecinas —una solución que no hubiera estado en sintonía con la
voluntad de Jehová— ni tampoco se apoyó en su experiencia personal.
Ezequías confió en Dios. Tras la matanza de 185.000 soldados enemigos a
manos del ángel de Jehová, Senaquerib regresó a Nínive (2 Rey.
19:35, 36).
7 Ana, la esposa de Elqaná el levita, también se apoyó en Jehová al
sentirse angustiada porque no podía concebir hijos (1 Sam. 1:9-11, 18).
Y el profeta Jonás fue liberado del vientre de un gran pez tras orar: “Desde
mi angustia clamé a Jehová, y él procedió a responderme. Desde el vientre
del Seol grité por ayuda. Oíste mi voz” (Jon. 2:1, 2, 10). Resulta muy
consolador saber que por difíciles que sean nuestras circunstancias,
siempre podemos acercarnos a Jehová con una “petición de favor” (léase
Salmo 55:1, 16).
8 Además, los ejemplos de Ezequías, Ana y Jonás nos enseñan una
lección sobre lo que nunca debemos olvidar cuando oramos en momentos
difíciles. Los tres sufrieron el dolor de enfrentarse a
situaciones amargas; aun así, sus plegarias indican que
su mayor preocupación no eran ellos mismos ni sus
problemas, sino el nombre de Dios, su adoración y el
cumplimiento de su voluntad. A Ezequías le dolió que se deshonrara el
nombre de Jehová. Ana prometió dar al hijo que tanto deseaba para que
sirviera en el tabernáculo de Siló. Y Jonás dijo: “Lo que he prometido en
voto, ciertamente pagaré” (Jon. 2:9).
9 Cuando pedimos a Dios que nos libre de una situación compleja, es
bueno analizar nuestros motivos. ¿Nos preocupa únicamente resolver el
problema, o tenemos presente a Jehová y su propósito? Los sufrimientos
pueden hacer que estemos tan atrapados en nuestras circunstancias que
el interés por los asuntos espirituales pase a un segundo plano. Al pedirle
a Dios que nos ayude, nunca perdamos de vista a Jehová, la santificación
de su nombre y la vindicación de su soberanía. Todo esto nos ayudará a
mantener una actitud positiva aunque no se materialice la solución que
esperábamos. A veces Jehová responde a nuestras oraciones dándonos
fortaleza para aguantar la situación(léanse Isaías 40:29 y Filipenses
4:13).
Al tomar decisiones
10 ¿Cómo toma usted las decisiones importantes? ¿Decide primero,
quizás, y luego ora a Jehová para que bendiga su decisión? Veamos lo que
hizo Jehosafat, rey de Judá, cuando un ejército combinado de moabitas y
amonitas le declararon la guerra. Judá no estaba en condiciones de luchar
contra ellos. ¿Qué hizo entonces el monarca?
11 “A Jehosafat le dio miedo, y dirigió su rostro a buscar a Jehová”, dice
la Biblia. Decretó un ayuno para todo Judá y reunió al pueblo “para inquirir
de Jehová”. Entonces Jehosafat se puso de pie ante la congregación de
Judá y de Jerusalén y oró: “Oh Dios nuestro, ¿no ejecutarás juicio contra
ellos? Porque no hay en nosotros poder delante de esta gran
muchedumbre que viene contra nosotros; y nosotros mismos no sabemos
qué debemos hacer, pero nuestros ojos están hacia ti”. El Dios verdadero
oyó la súplica del rey y libró milagrosamente al pueblo (2 Cró. 20:3-12, 17).
A la hora de tomar decisiones, sobre todo aquellas que pudieran repercutir
en nuestra espiritualidad, ¿no deberíamos confiar en Jehová más bien que
en nuestra inteligencia?
12 ¿Y qué deberíamos hacer ante un problema que nos parece de fácil
solución porque en el pasado resolvimos uno parecido? Un relato de la
vida del rey David nos dará la respuesta. Cuando los amalequitas
arrasaron la ciudad de Ziqlag, se llevaron a las esposas y a los hijos de
David y de sus hombres. David inquirió de Jehová, diciendo: “¿Voy en
seguimiento de esta partida merodeadora?”. Jehová le respondió: “Ve en
seguimiento, porque sin falta los alcanzarás, y sin falta efectuarás una
liberación”. David se puso en marcha y “logró librar todo lo que los
amalequitas habían tomado” (1 Sam. 30:7-9, 18-20).
13 Posteriormente, los filisteos invadieron Israel. David volvió a
consultar a Jehová y recibió una clara respuesta: “Sube, porque sin falta
daré a los filisteos en tus manos”(2 Sam. 5:18, 19). Al poco tiempo, los
filisteos salieron una vez más en batalla contra David. ¿Qué haría él ahora?
Podría haber razonado: “Esto es lo mismo que las otras dos veces, así que
pelearé contra los enemigos de Dios”.¿Decidiría él mismo, o buscaría la
guía de Jehová? David no se fió de su experiencia y volvió a orar en busca
de consejo. ¡Y menos mal que lo hizo, porque las instrucciones esta vez
fueron diferentes! (2 Sam. 5:22, 23.) Cuando nos enfrentemos a una
situación o problema que ya hayamos tratado, tengamos cuidado de
no confiar solamente en nuestra experiencia personal (léase Jeremías
10:23).
14 Como todos somos imperfectos, nadie —ni siquiera los ancianos
experimentados— debe dejar de buscar la dirección de Jehová al
tomar decisiones. Pensemos en cómo actuaron Josué, sucesor de
Moisés, y los ancianos de Israel cuando unos astutos gabaonitas se
les acercaron en son de paz. Estos se habían disfrazado para dar la
apariencia de que venían de un país distante. Sin preguntar a Jehová,
Josué y sus hombres sellaron un pacto de paz con ellos. Y aunque es
cierto que Jehová aprobó en última instancia aquel acuerdo, se
aseguró de que para beneficio nuestro se registrara en las Escrituras el hecho de que no buscaron su dirección (Jos. 9:3-6, 14, 15).
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REUNION DE SEVICIO
10 min. Si alguien dice: “No creo en Dios”. Análisis con el auditorio basado en el libro Razonamiento, de la página 122, párrafo 6, a la página 124, párrafo 1. Incluya una breve demostración.
Otros ejemplos: 1) Los astrónomos nos dicen que el calor del Sol en el núcleo de este es de 15.000.000 de grados centígrados (27.000.000 °F). ¿Rechazamos esa idea porque no podemos comprender plenamente un calor tan intenso? 2) Nos dicen que el tamaño de nuestra Vía Láctea es tan grande que un haz de luz que viaje a más de 300.000 kilómetros por segundo (186.000 mi/seg) tomaría 100.000 años para cruzarla de un extremo al otro. ¿Comprende en realidad la mente nuestra tal distancia? Sin embargo, la aceptamos porque la evidencia científica la apoya.
¿Qué es más razonable... que el universo sea producto de un Creador vivo e inteligente, o que haya surgido simplemente al azar de una fuente no viviente y sin dirección inteligente? Algunos adoptan el último punto de vista porque creer de otro modo significaría que tendrían que reconocer la existencia de un Creador cuyas cualidades no pueden comprender de lleno. Pero bien se sabe que los científicos no comprenden plenamente el funcionamiento de los genes que hay dentro de las células vivas y que determinan el desarrollo de estas. Tampoco entienden del todo el funcionamiento del cerebro humano. No obstante, ¿quién negaría que los genes existen? ¿Deberíamos realmente esperar entenderlo todo en cuanto a una Persona que es tan grande que pudo dar existencia al universo, con todo su diseño complejo y su tamaño formidable?
¿Es importante emplear el nombre de Dios?
Rom. 10:13: “Todo el que invoque el nombre de Jehová será salvo.”
Eze. 39:6: “La gente tendrá que saber que yo soy Jehová.”
Jesús dijo a su Padre: “Les he dado a conocer tu nombre [es decir, a sus verdaderos seguidores] y lo daré a conocer.” (Juan 17:26.)
Véanse también las páginas 203, 204, en la sección “Jehová”.
¿Importa a qué Dios sirvamos, con tal que tengamos alguna religión?
1 Cor. 10:20: “Las cosas que las naciones sacrifican, a demonios las sacrifican, y no a Dios.”
2 Cor. 4:4: “El dios de este sistema de cosas ha cegado las mentes de los incrédulos, para que la iluminación de las gloriosas buenas nuevas acerca del Cristo, que es la imagen de Dios, no resplandezca a través a ellos.” (Aquí se alude al Diablo como un“dios”. Véanse 1 Juan 5:19 y Revelación 12:9.)
Mat. 7:22, 23: “Muchos me dirán [es decir, dirán a Jesucristo] en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre ejecutamos muchas obras poderosas?’ Y sin embargo, entonces les confesaré: ¡Nunca los conocí! Apártense de mí, obreros del desafuero.” (Aun el afirmar que uno es cristiano no es garantía de que esté sirviendo aceptablemente al Dios verdadero.)
Véanse también las páginas 308-310, en la sección “Religión”.
Si Jehová es “el único Dios verdadero”, ¿qué clase de “Dios” es Jesús?
Jesús mismo se refirió a su Padre como “el único Dios verdadero” (Juan 17:3). Jehová mismo dijo: “Fuera de mí no hay Dios” (Isa. 44:6). El apóstol Pablo escribió que, para los cristianos verdaderos, “hay un solo Dios el Padre” (1 Cor. 8:5, 6). Así que Jehová es único; nadie más comparte Su posición. Jehová está en contraste absoluto con objetos de adoración como ídolos, humanos divinizados y Satanás. Todos estos son dioses falsos.
En las Escrituras se llama a Jesús “un dios”,hasta “Dios Poderoso” (Juan 1:1; Isa. 9:6). Pero en ninguna parte se dice que él sea Todopoderoso, como lo es Jehová (Gén. 17:1). Se dice que Jesús es “el reflejo de su gloria [la de Dios]”, pero el Padre es la Fuente de esa gloria (Heb. 1:3). Jesús de ningún modo procura la posición de su Padre. Dijo:“Es a Jehová tu Dios que tienes que adorar, y es a él solo que tienes que rendir servicio sagrado” (Luc. 4:8). Existe “en la forma de Dios”, y el Padre ha mandado que “en el nombre de Jesús se doble toda rodilla”, pero todo esto se hace “para la gloria de Dios el Padre”. (Fili. 2:5-11; véanse también las páginas 209-213.)
Si alguien dice...
‘No creo en Dios’
Usted pudiera contestar: ‘¿Ha pensado así siempre?... Antes de llegar a esa conclusión, ¿examinó algún conjunto de pruebas que le pareciera persuasivo?’. Entonces pudiera añadir: ‘Este es un tema que me interesa muchísimo, y he pensado mucho en él. Algunos puntos que hallé muy útiles fueron los siguientes:...’. (En la página 118, véase el subtítulo “¿Hay razones sólidas para creer en Dios?”; véanse también las páginas 87-89, en la sección“Creación”.)
O contestar: ‘¿Quiere decir que no cree que haya un Creador, o es que ha visto tanta hipocresía en las iglesias que no tiene fe en lo que ellas enseñan?’. Si se trata de lo último, usted pudiera añadir: ‘Hay una gran diferencia entre las iglesias de la cristiandad y el cristianismo verdadero. Es cierto que la cristiandad ha oprimido a la gente, pero el cristianismo no ha hecho eso. La cristiandad ha hecho guerra, pero el cristianismo no. La cristiandad no ha provisto guía moral apropiada, pero el cristianismo sí. La Palabra de Dios, la Biblia, no apoya a la cristiandad. Al contrario, condena a la cristiandad’.
Otra posibilidad: ‘He tenido conversaciones interesantes con otras personas que opinan como usted. Algunas dijeron que sencillamente no podían conciliar la creencia en Dios con todo el sufrimiento y la iniquidad que hay en el mundo. ¿Es eso lo que usted piensa?’. (Si así es, utilice parte de la información de las páginas 119, 120, bajo el subtítulo “¿Prueba la existencia de la iniquidad y del sufrimiento que no haya ningún Dios?”.)
‘Creo solo en lo que puedo ver, y nunca he visto a Dios’
Usted pudiera contestar: ‘Ese punto de vista es muy común hoy día. Y hay una causa para ello. Vivimos en una sociedad en que se enfatizan las posesiones materiales. Pero usted es una persona que quiere ser práctica, ¿no es cierto?’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘¿Hay cosas que no podamos ver con los ojos, pero que creamos que existen porque hay razones sólidas para creer que existen? ¿Qué hay del aire que respiramos? Tal vez lo sintamos cuando la brisa sopla. Sabemos que nos llena los pulmones, aunque no podemos verlo. Porque vemos los efectos, hay buena razón para creer que existe, ¿no es así?’. 2) ‘Y no podemos ver la gravedad. Pero cuando dejamos caer algo, vemos indicación de que la gravedad está en funcionamiento. Tampoco vemos los olores, pero nuestra nariz los percibe. No podemos ver las ondas sonoras, pero nuestros oídos las detectan. Así que creemos en cosas que no vemos... con tal que haya buena razón para creer en ellas, ¿no es cierto?’. 3) ‘Pues bien, ¿hay prueba de que realmente exista un Dios invisible?’. (Utilice la información de la página 118, bajo el subtítulo“¿Hay razones sólidas para creer en Dios?”.)
‘Tengo mi propio concepto de Dios’
Usted pudiera contestar: ‘Me alegra saber que usted es una persona que ha pensado en este asunto, y que cree en Dios. ¿Me permite preguntarle qué concepto tiene usted de Dios?’. Entonces pudiera añadir: ‘De seguro usted comprende que es importante que uno se asegure de que lo que cree esté en armonía con lo que Dios mismo dice. ¿Me permite compartir con usted solo un pensamiento de la Biblia sobre este asunto? (Sal. 83:18)’.
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