Si pensamos que los demás son superiores, no competiremos con quienes tienen más talentos o habilidades que nosotros, sino que nos alegraremos por ellos. Esto es especialmente cierto si están usando sus habilidades para la alabanza de Jehová. El resultado será que todos fomentaremos la paz y la unidad en la congregación. ¿Qué nos ayudará a controlar la tendencia a la envidia? Ser modestos, es decir, reconocer que tenemos limitaciones. Si somos modestos, no intentaremos demostrar que tenemos más talento y habilidad que el resto de la gente. Más bien, buscaremos maneras de aprender de quienes hacen ciertas cosas mejor que nosotros. Por ejemplo, si un hermano de la congregación presenta discursos públicos excelentes, podemos preguntarle cómo los prepara. Si una hermana cocina muy bien, podemos pedirle algunos consejitos para mejorar. w21.07 15, 16 párrs. 8, 9
Las explosiones se desencadenaron en una reunión religiosa de una secta cristiana conocida como los Testigos de Jehová el 29 de octubre. Libina sucumbió a sus heridas el 30 de octubre en el Hospital de la Facultad de Medicina del Gobierno de Kalamassery, y dos mujeres, que formaban parte de la reunión, murieron el día de las explosiones. Posteriormente, Moly Joy, de 61 años, de Kalamassery, murió en un hospital privado el 6 de noviembre.
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LECTURA SEMANAL DE LA BIBLIA. JOB 15.
A Elifaz no le impresionó la elocuente dependencia de Job en Dios como se expresó en los capítulos anteriores. Respondió con una fuerte reprimenda a Job, acusándolo de vana sabiduría, de palabras inútiles, y de disipar el temor.
A medida que Job se vuelve más vehemente, sus amigos se vuelven más severos. Elifaz buscaba desanimar a Job de su autodefensa. Desde la perspectiva de los amigos de Job, las únicas palabras que Job debería
pronunciar son palabras de humilde arrepentimiento por el pecado que lo puso en esta posición.
Job podía afirmar correctamente que sabía más que sus amigos en su situación. Ellos “sabían” que Job era un pecador particular y notorio que necesitaba arrepentirse; Job sabía que no lo era, y que debía haber alguna otra razón para su crisis.
Continúa burlándose de Job, y acusándolo de arrogancia insolente. Los cargos no son merecidos. Job no ha hecho afirmaciones tan exageradas. Solo había afirmado ser tan inteligente como sus amigos.
¿Acaso no te basta con el consuelo de Dios? Elifaz consideraba las consolaciones de Dios como el consejo de él y sus amigos. Suponía que si Job rechazaba su consejo, estaba rechazando las consolaciones de Dios.
Job y sus amigos ya han discutido sobre este punto, con Zofar (entre otros) acusando a Job de afirmar ser puro y limpio. Las propias admisiones de pecado de Job no han significado nada para persuadir a sus amigos.
“Job, sólo el impío sufre como tú. Estás sufriendo con un gran dolor; por lo tanto, debes ser un impío. Cuanto antes confieses esto y te arrepientas, mejor será para ti”. Elifaz claramente acusa a Job de esta arrogancia y desafío, de prácticamente atacar a Dios.
Elifaz explicó poéticamente que los malvados pueden parecer tener éxito por un tiempo (como lo hizo Job), pero su éxito es solo una ilusión. En realidad, están solos, son pobres y están en tinieblas (una descripción fiel del estado actual de Job).
Elifaz acusa a Job de todo tipo de pecado, incluyendo hipocresía, soborno, causar problemas y mentir.
LECTURA SEMANAL DE LA BIBLIA. JOB 16.
Consoladores molestos sois todos vosotros: Job esperaba que este reproche avergonzara a sus acusadores al ver cuánto habían fallado en ayudarlo. Su confianza demasiado grande en su propia sabiduría los hizo incapaces de empatizar adecuadamente con Job. Se portaron mucho mejor en los días en que simplemente se sentaron en silencio.
Job solo quería que sus amigos detuvieran sus discursos ventosos, llenos de condenación. Parece que esta parte
de la prueba de Job fue tan severa como las pérdidas.
Job reconoció que él podía estar en el mismo lugar de condenación sin empatía hacia sus amigos como lo estaban ellos hacia él. Una de las grandes ventajas del sufrimiento personal es que hace que el que sufre empatice mucho más con los que sufren.
Si habla, no encuentra alivio en sus amigos antipáticos; sin embargo, el silencio no hace nada para aliviar su dolor. Job aquí parecía estar cerca de rendirse a Dios. Elifaz acusó a Job de atacar a Dios, pero Job afirmó que lo contrario era cierto; Dios lo atacaba a él. Él se ve a sí mismo como el objeto de la ira de Dios.
Job relató las demostraciones de su dolor incluyendo tela de saco, polvo en la cabeza, y lloro. Job al menos quería que su sangre quedara evidente como testimonio. Job pensó que moriría antes de poder ser reivindicado ante sus compañeros; por eso se preocupaba de que la injusticia que se le hizo nunca fuera olvidada. Job también creía verdaderamente que tenía un testigo justo en los cielos que lo vindicaría a medida que se revelara toda la evidencia.
"No me quedan lágrimas. Perdí a mi hija, ahora mi esposa'; Escenas desgarradoras en el funeral de la víctima de la explosión de la bomba en Kalamassery.
Los familiares y los lugareños no pudieron consolar a Pradeepan, quien solo tenía lágrimas para ofrecer a su esposa, quien murió mientras recibía tratamiento después de resultar herida en la explosión de la bomba de Kalamassery.
Mi hijo todavía está luchando por su vida en el hospital", dijo un destrozado Pradeepan después de
que su esposa muriera el lunes después de someterse a tratamiento durante semanas después de la explosión de la bomba de Kalamassery
Pradeepan pasó dos semanas entrando y saliendo de los hospitales con la esperanza de que su esposa e hijos regresaran. La madre de Reena, Mary, rompió en llanto mientras le daba el último beso a su hija. La hija de Reena, Libna (12), también murió en la explosión del 29 de octubre
Su hijo menor, Rahul, regresó a casa del hospital hace dos días después de ser tratado por quemaduras, pero no se le permitió ver a su madre por última vez. Rahul estaba sentado en el vehículo fuera de la casa con los trabajadores de la salud cuando se llevaron a cabo los ritos funerarios. A Rahul no se le permitió salir debido a la posibilidad de infección. El cuerpo de Sally fue enterrado en el cementerio de los testigos de Jehová en Koratty.
Miércoles 15 de noviembre
Jehová nunca comete injusticias (Deut. 32:4).
En el libro de Números leemos que Jehová condenó a muerte a un israelita por recoger leña en sábado. Pero en el Segundo Libro de Samuel leemos que, siglos más tarde, Jehová perdonó al rey David aunque había cometido adulterio y asesinato (Núm. 15:32, 35; 2 Sam. 12:9, 13). Puede que nos preguntemos: “¿Por qué le perdonó Jehová a David pecados tan graves pero condenó al otro hombre por una falta que no parece tan grave?”. La Biblia no siempre da todos los detalles. Por ejemplo, sabemos que David se arrepintió de verdad de todo lo que hizo (Sal. 51:2-4). Pero ¿qué clase de persona era el hombre que desobedeció la ley del sábado? ¿Estaba arrepentido de lo que había hecho? ¿Había desobedecido a Jehová en otras ocasiones? ¿Había recibido advertencias, pero las había ignorado o incluso rechazado? La Biblia no lo dice. Sin embargo, lo que sabemos de Jehová es más que suficiente para confiar en que él “es justo en todos sus caminos” (Sal. 145:17). w22.02 2, 3 párrs. 3, 4
La sabiduría está con los modestos (Prov. 11:2).
La persona que es modesta no se exige más de lo que puede dar y, como resultado, es feliz y productiva. Quien es modesto podría compararse a alguien que va conduciendo un automóvil cuesta arriba y, para seguir subiendo, debe cambiar a una velocidad inferior aunque eso implique ir más despacio. De manera parecida, la persona modesta sabe cuándo debe “cambiar a una velocidad inferior” a fin de seguir sirviendo a Jehová y ayudando a los demás (Filip. 4:5). Veamos el ejemplo de Barzilái, que tenía 80 años cuando recibió la invitación del rey David para formar parte de la corte real. Este hombre fue modesto y rechazó la oferta del rey. Reconoció que ya tenía ciertas limitaciones y por eso recomendó que Kimham, un hombre más joven, fuera en su lugar (2 Sam. 19:35-37). Como Barzilái, los hermanos mayores se alegran de darles a los más jóvenes la oportunidad de atender ciertas responsabilidades. w21.09 10 párrs. 6, 7
LECTURA SEMANAL DE LA BIBLIA. JOB 17.
Job continuó con su mismo sentido de derrota y quebrantamiento como se describe en el capítulo anterior. La falta de empatía y ayuda de los amigos de Job, que comenzaron como sufrientes compasivos, pero se convirtieron en escarnecedores cuando Job no respondió a su sabiduría como ellos pensaban que debía hacerlo, era un aspecto especialmente doloroso de su crisis.
Job sentía, con justa razón, de acuerdo con sus circunstancias, que el cielo
estaba en su contra. En última instancia, incluso la falta de empatía de sus amigos era un aspecto de la crisis de Job permitido por Dios. Al mismo tiempo, los amigos de Job eran responsables por su falta de inteligencia. El hecho de que Dios les negara inteligencia era una evidencia de su desagrado hacia ellos.
Job aquí habló con poder poético de su propia humillación, y cuán grandemente había sido humillado. La propia humillación de Job fue tan completa que podía decir: “Los rectos se asombraran de esto”. A los espectadores les resultaba difícil creer que este hombre justo había sido afligido tan gravemente. Incluso en su crisis, tenía destellos de fe que iluminaban la noche de su miseria.
Job aquí lanzó el desafío retórico a sus amigos una vez más, insultándolos como ellos lo habían insultado a él. No anticipaba la muerte rápida que alguna vez anheló, sino quizás una pérdida progresiva de fuerza y habilidad hasta que simplemente pereciera. Job pensaba en su muerte cercana y se consolaba con ella. Al mismo tiempo, este consuelo no le caía bien a Job. Reconoció que era una esperanza débil y frágil confiar en la tumba.
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ASAMBLEA REGIONAL EN GOA, INDIA, EN ESTOS DIAS.
Nadie sabe quién es el Hijo excepto el Padre. Y nadie sabe quién es el Padre excepto el Hijo y todo aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar (Luc. 10:22).
¿Se nos hace difícil ver a Jehová como un Padre cariñoso? A algunos de nosotros sí. Puede que esto nos suceda porque tuvimos una niñez difícil. Cuánto nos consuela saber que él comprende cómo nos sentimos y quiere estar cerca de nosotros. Por eso, su Palabra nos hace la siguiente invitación: “Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes” (Sant. 4:8). Jehová nos ama y nos dice que es el mejor Padre que podemos tener. Jesús nos puede ayudar a acercarnos más a Jehová. Lo conoce muy bien y refleja sus cualidades a la perfección. Por eso dijo: “El que me ha visto a mí ha visto al Padre también” (Juan 14:9). Como un hermano mayor, Jesús nos enseña a respetar y obedecer a nuestro Padre, y a agradarlo y ganarnos su aprobación. Pero, sobre todo, lo que hizo cuando estuvo en la Tierra nos muestra que Jehová es muy bueno y cariñoso. w21.09 21 párrs. 4, 5
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