Lunes 16 de enero
Analiza los actos de amor leal de Jehová (Sal. 107:43).
El amor leal de Dios dura para siempre. En el Salmo 136, este aspecto importante del amor leal se menciona 26 veces. El primer versículo dice: “Denle gracias a Jehová porque él es bueno; su amor leal dura para siempre” (Sal. 136:1). En los versículos 2 a 26, se repite el siguiente estribillo: “Porque su amor leal dura para siempre”. Al leer este salmo, nos impresiona ver que Jehová muestra su amor leal de muchas maneras y de forma constante. La frase “porque su amor leal dura para siempre” nos garantiza que el amor de Dios por su pueblo no cambia. ¡Cuánto nos fortalece saber que Jehová no se apresura a abandonar a sus siervos! Más bien, se mantiene al lado de quienes le sirven, sobre todo en los momentos difíciles. Saber que Jehová se mantiene a nuestro lado nos da la alegría y las fuerzas que necesitamos para enfrentar los problemas y seguir andando en el camino que lleva a la vida (Sal. 31:7). w21.11 4 párrs. 9, 10
Jueves 19 de enero
No profanen el nombre de su Dios (Lev. 19:12).
A veces, otros nos pueden presionar para que hagamos cosas que interfieran en nuestro servicio a Jehová. Cuando lo hacen, tenemos que tomar una decisión importante. Veamos un principio interesante que se encuentra en Levítico 19:19, que en parte dice: “No [...] se pongan una prenda de vestir hecha con dos tipos de hilo mezclados”. Esta ley hacía que se notara que Israel era diferente de las naciones que lo rodeaban. Hoy día, no tiene nada de malo que llevemos ropa que mezcle por ejemplo algodón y poliéster, o lana y rayón. Pero sí estaría mal que nos pareciéramos a la gente que cree y practica cosas que están en contra de lo que enseña la Biblia. Claro, sentimos cariño natural por nuestros familiares y les mostramos amor a las personas que nos rodean. Pero, cuando tenemos que tomar decisiones importantes, estamos dispuestos a que se note que los siervos de Jehová somos diferentes. Si queremos ser santos, es imprescindible que estemos separados para Dios (2 Cor. 6:14-16; 1 Ped. 4:3, 4). w21.12 5 párr. 14; 6 párr. 16
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Domingo 22 de enero
A Jesús se le saltaron las lágrimas (Juan 11:35).
A finales del año 32, un buen amigo de Jesús llamado Lázaro se enfermó y murió (Juan 11:3, 14). Jesús los amaba mucho a él y a sus dos hermanas, María y Marta. Cuando Marta se enteró de que Jesús iba de camino, salió corriendo a su encuentro. Imaginemos la profunda tristeza con la que le dijo: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto” (Juan 11:21, 32, 33). Seguro que Jesús lloró al ver lo tristes que estaban María y Marta por la muerte de su hermano. Si usted ha perdido en la muerte a un ser querido, Jehová comprende lo que siente. Jesús es “la representación exacta” de Dios (Heb. 1:3). Sus lágrimas reflejaron lo que siente su Padre (Juan 14:9). Si usted está sufriendo por la muerte de un ser querido, puede estar seguro de que Jehová no solo está al tanto de su tristeza, sino que también comparte su dolor. Desea sanar su corazón destrozado (Sal. 34:18; 147:3). w22.01 15 párrs. 5-7
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